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Las personas sobre la acera se mueven a una velocidad más rápida de lo normal; quizá sean mis pasos los que se han ralentizado. Tal vez todo lo que me rodea se haya acelerado de repente. La gente se aparta a medida que mis pasos avanzan. ¿Estaré avanzando?
Seguro que estoy siendo observado. A veces no hay otra cosa mejor que hacer. Tengo un desierto en la garganta, se expande sobre mis ojos. Me pesan los párpados. La mirada, la mirada se precipita al vacío; el fondo de la calle es un precipicio. Creo que he pasado de largo dos o tres cabinas de teléfono.
Le Twenty-Two Bar 